A la luz de los cambios demográficos y las dinámicas de salud cambiantes, el Crédito Universal (UC, por sus siglas en inglés) se encuentra en una encrucijada. El reciente informe de la Fundación Resolution subraya la necesidad apremiante de que el UC se adapte a una población más anciana y cada vez más enferma. Desde su inicio en 2013, el panorama de los beneficiarios de prestaciones ha experimentado una transformación significativa, con el número de personas incapaces de trabajar debido a razones de salud casi duplicándose.
Si bien el gobierno ha introducido cambios en el UC con el objetivo de incentivar el empleo entre aquellos con problemas de salud, los hallazgos de la fundación arrojan luz sobre desafíos sistémicos más amplios. El UC, diseñado inicialmente para simplificar el sistema de prestaciones para personas en edad laboral, ahora brinda apoyo a aproximadamente 6.4 millones de personas, entre las cuales casi el 40% están empleadas. Sin embargo, a pesar de la intención de simplificar el apoyo, muchas familias se encuentran en una situación peor bajo el UC en comparación con el sistema de prestaciones anterior. Esta discrepancia se atribuye en gran medida a recortes en el apoyo general en lugar de fallas inherentes en el diseño del UC.
Alex Clegg, economista de la Fundación Resolution, destaca la importancia de que los responsables de formular políticas comprendan las complejidades tanto de la estructura actual del UC como de las demografías que sirve. Con una previsión de que eventualmente siete millones de familias dependerán del UC, comprender estas dinámicas se vuelve primordial.
Aunque la tasa de desempleo ha experimentado una disminución significativa desde 2011, el informe llama la atención sobre los desafíos emergentes planteados por una población cada vez más anciana y enferma. Además, examina el impacto diferencial de las reformas del UC, revelando que las familias trabajadoras en alojamiento de alquiler han experimentado los mayores beneficios.
Sin embargo, en medio de estos avances, surgen preocupaciones para los beneficiarios fuera de empleo con discapacidades, quienes pueden enfrentar importantes contratiempos financieros debido a cambios en las primas por discapacidad. Esto destaca la necesidad imperiosa de que el UC evolucione en respuesta a la realidad de más de dos millones de beneficiarios que luchan con problemas de salud o discapacidades.
La Fundación Resolution aboga por un enfoque multifacético, instando a los responsables de formular políticas a complementar las mejoras en atención médica, educación y políticas del mercado laboral con reformas necesarias del UC para abordar eficazmente la creciente prevalencia de enfermedades de larga duración en el Reino Unido.
En respuesta a las crecientes preocupaciones sobre la escasez de trabajadores que afecta la economía, el gobierno ha propuesto reformas destinadas a impulsar las tasas de empleo. Estas incluyen pruebas de idoneidad para el trabajo más estrictas y un apoyo mejorado para buscadores de empleo, junto con la eliminación de la controvertida Evaluación de Capacidad Laboral.
A pesar de las críticas, el Departamento de Trabajo y Pensiones defiende el UC como un sistema moderno de prestaciones, destacando su papel crucial como red de seguridad mientras facilita transiciones más fluidas hacia el empleo. Subrayan los esfuerzos continuos para apoyar a las personas, incluidas aquellas con condiciones de salud a largo plazo, a través de iniciativas como el Plan de Regreso al Trabajo.
Mirando hacia el futuro, la Fundación Resolution proyecta que los derechos del UC ascenderán a aproximadamente £86 mil millones anuales para 2028, señalando importantes ahorros en comparación con el antiguo sistema de prestaciones. Sin embargo, enfatizan la necesidad imperativa de reformas continuas para garantizar que el UC siga siendo receptivo a las necesidades cambiantes de todos los beneficiarios en un paisaje societal en rápida evolución.