En un relato que se ha convertido en un emblema del romance real, el momento en que Kate Middleton desfiló por la pasarela con un vestido transparente, capturando la atención nada menos que del Príncipe Guillermo, marca un capítulo crucial en su legendaria historia de amor. La fecha era el 27 de marzo de 2002 y el escenario era un desfile de moda benéfico celebrado en el St. Andrews Bay Hotel de la Universidad de St. Andrews. Kate, de 19 años, irradiando confianza y gracia, se abrió paso por la pasarela luciendo un atrevido vestido marrón transparente sobre un bikini de bandeu —una elección de moda que hizo que los corazones latieran con fuerza, especialmente el del Príncipe Guillermo que estaba sentado en la primera fila.
Los relatos del evento pintan una imagen vívida de la reacción de Guillermo ante la impactante presencia de Kate. Testigos recuerdan a Guillermo inclinándose hacia su amigo Fergus Boyd, su asombro evidente mientras comentaba, “¡Guau, Fergus, Kate está guapísima!” La química palpable entre los dos era innegable, con la admiración de Guillermo por Kate evidente en sus halagos abiertos, dejándola sonrojada y desconcertada. A pesar del interés descarado de Guillermo, Kate mantuvo la compostura, rechazando sutilmente sus avances y transmitiendo su reticencia a parecer demasiado disponible.
Entre los presentes, Ben Duncan recuerda vívidamente la atmósfera eléctrica, con el atuendo arriesgado de Kate y la mirada inquebrantable de Guillermo creando un espectáculo encantador que cautivó a los espectadores.
Este momento icónico ha sido inmortalizado en la cultura popular, notablemente representado en la Temporada 6, Episodio 9 de “The Crown,” titulado “Hope Street”. En esta representación dramatizada, Kate, interpretada por Meg Bellamy, irradia confianza mientras desfila con seguridad por la pasarela al ritmo sensual de “The Time Is Now” de Moloko, captando la atención de Guillermo e iniciando un coqueteo que culmina en su primer beso —una representación cautivadora de su romance floreciente.
Aunque el drama televisado pueda tomar libertades creativas, la esencia del encuentro sigue siendo un capítulo querido en la historia de la pareja. Curiosamente, el desfile de moda coincidió con un momento significativo en la línea temporal de la familia real, ya que la Reina Isabel, la Reina Madre, se acercaba al final de su vida. Sin embargo, el evento real tuvo lugar tres días antes de su fallecimiento, a diferencia de lo retratado en el show.
A pesar de la fascinación duradera por su historia de amor, Kate y Guillermo han mantenido la discreción sobre este hito en particular. No obstante, en el evento benéfico del 600 aniversario de St. Andrews en 2012, Kate reconoció jocosamente el desfile de moda, bromeando sobre las elecciones impredecibles de vestuario que uno podría encontrar.
De manera notable, el vestido de seda tejido a mano que sirvió como catalizador de su romance se ha convertido en una pieza icónica de la historia de la moda. Diseñado por Charlotte Todd como parte de su proyecto titulado “El Arte de la Seducción”, el vestido fue subastado en 2011 por una impactante cantidad de £78,000, superando con creces su costo inicial de £30. Todd expresó su asombro por la nueva relevancia del vestido, reconociendo su papel en la historia de amor real con humildad y orgullo.
En esencia, el encuentro fortuito en el desfile de moda benéfico marcó el comienzo de un romance de cuento de hadas que capturaría la imaginación del mundo —un momento de Cenicienta moderna que cambiaría para siempre el curso de la historia real.